Investigación realizada por Eduardo Íñiguez Muñoz Investigador del Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas y Moira Ruiz-Tagle Gutiérrez.
En los años que Enrique Concha y su esposa Teresa Cazotte vivieron en el palacio, adquirieron numerosas obras de arte convirtiendo su casa en una verdadera galería compuesta casi exclusivamente de obras de artistas de los siglos XVI, XVII y XVIII, siendo “muy rica y seria la colección” según el juicio del pintor y crítico francés Richon-Brunet, quién visitó Santiago en 1902. De esta colección se pueden mencionar “David con cabeza de Goliath” de Rubens, “Anunciación de Cristo a los Pastores” del holandés Berghen (1624-1689), tres cuadros del francés Le Bourguignon (Jacques Courtois), que fueron sometidos en París a un examen para garantizar su autenticidad, además obras de los italianos Barbieri, del Sarto, Caracci y Zampieri, de los flamencos David Tenier y A. Dispenbeck, de los españoles Alonso Cano y José Ribera. Un cuadro de Melchor Pérez del siglo XV. Así mismo esculturas en bronce de Aizelin, Dubois y Quintor, otros dos bronces de Pradia con pedestales tallados en ébano y caoba, 2 Venus de mármol de Carrara con pedestal.
Los Concha Cazotte fueron famosos por organizar fiestas y bailes en su propiedad, de estos el más renombrado fue uno de disfraces que organizaron en 1912 y que dio de hablar por más de 10 años. De ese baile se imprimió un libro donde salen fotografiados los asistentes vistiendo los disfraces utilizados.
A medida que los Concha Cazotte fueron perdiendo su patrimonio económico, fueron vendiendo sus antiguas posesiones hasta que en 1922, año en que muere don Enrique, su viuda, decidió urbanizar la quinta, para ello encargó su loteo a Arturo Besa Rodríguez, también industrial minero, la idea era reproducir en la antigua quinta un barrio europeo que había visitado, doña Teresa en su juventud y del que quedó encantada, de tal modo se construyó un barrio de calles cortas y curvas entre cruzadas entre sí. Donde estaban los antiguos jardines se construyó el Teatro Carrera, hoy monumento Nacional, quedando el palacio ubicado atrás del teatro, entre las calles Maturana y Concha y Toro
Los primeros habitantes del barrio estaban íntimamente vinculados al círculo más cercano de los Concha Cazotte, muchos de los cuales asistentes del famoso baile de máscaras de 1912, así los entre estos encontramos a las familias Santa María, Lynch, Sánchez, Ossa, Cox, por nombrar algunos. También se establecieron en el barrio Joaquín Edwards Bello y Vicente Huidobro. Así como muchas familias vinculadas a la minería.
A la muerte de Doña Teresa en 1932, sus hijos remataron la galería de cuadros, las esculturas, las lámparas, muebles y chimeneas de la casa el 5 de Septiembre de 1932, siendo el martillero don Arturo Calvo Mackenna. Además se vendió el palacio que fue demolido. En su lugar se construyeron nuevas casas, con una volumetría menor al resto de las existentes en el barrio.
Por Decreto Supremo n° 276 del 19 de Mayo de 1989, el barrio fue declarado fue declarado Monumento Histórico Nacional y catalogado como Zona Típica, siendo El Consejo de Monumentos Nacionales la entidad que fiscaliza su preservación.